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Carla Tomé Álvarez

CUENTO ECOLOGISTA

CUENTO ECOLOGISTA

Cuento ecologista

TITULO: “EL RIO ECO”

Hola me llamo Eco y soy un rio que vivo a las afueras de una gran ciudad llamada Invercon donde hay una empresa de petróleo y grandes vertederos que son tan grandes  como una gran montaña rusa. En mi ciudad los habitantes no saben lo que es reciclar, por lo tanto todos sus residuos en vez de reutilizarlos van  al vertedero. La industria expulsa muchos productos de deshecho tóxicos que van a desembocar a mi atraves de grandes tuberías que con como grandes cañerías. Yo estoy muy triste y deprimido porque mis habitantes se están muriendo y me dicen que se están muriendo por culpa de la contaminación ambiental. Mis peces tienen  grandes preocupaciones porque tienen cortaduras por culpa de las arandelas de las latas de bebida y de conservas. Mis plantas quedan aplastadas y sucias debido a la contaminación y a los residuos. Yo me estoy quedando desértico y  despoblado por culpa de los habitantes y de la industria de la ciudad. Un día un pez llamado Mario me dijo:

“Estoy cansado porque las personas de esta ciudad me están maltratando y están destruyendo mi hábitat que eres tú.

Yo respondí:

“Ya lo sé amigo mío pero vosotros y yo, no podemos hacer nada contra eso”.

De repente a Mario se le ocurrió una gran idea y me la comento a mí

Dijo:

“¿Que te parece si entre todos los habitantes tapamos la gran tubería ?necesitamos cooperar entre todos sino, no lo conseguimos. Además también le podemos comentar a los habitantes de la ciudad de la existencia de los contenedores  de reciclaje. ¿Tú los conoces?

Yo conteste:

“¡Claro, cómo no! Existen tres colores:                                                                 Amarillo para plásticos y envases.

Azul para papel y cartón.

Verde para vidrios.

Entonces al cabo de un rato pasa un niño con su perro paseando por mi orilla y escucha la conversación entre Mario y yo y le entra curiosidad por saber que son los contenedores de reciclaje y para que sirven y corre a contárselo a sus padres. Estos se lo cuentan al alcalde que le parece una gran idea y pone en marcha el proyecto para reciclar y  reglas para que las industrias contaminen menos. Desde entonces en esa ciudad ya no existen vertederos y las empresas reutilizan los residuos y se convierte en un ejemplo a seguir de reciclaje.

Yo ya no estoy triste ni deprimido por que mis habitantes pueden vivir tranquilos.

FIN

 

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